
Versos Sencillos
José Martí, Cuba 1853 – 1895
Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
Cómo se dibuja un paisaje
Gloria Fuertes, España 1917 – 1998
Un paisaje que tenga de todo,
se dibuja de este modo:
Unas montañas,
un pino,
arriba el sol,
abajo un camino,
una vaca,
un campesino,
unas flores,
un molino,
la gallina y un conejo,
y cerca un lago como un espejo.
Ahora tú pon los colores;
la montaña de marrón,
el astro sol amarillo,
colorado el campesino,
el pino verde,
el lago azul
—porque es espejo del cielo como tú—,
la vaca de color vaca,
de color gris el conejo,
las flores…
como tú quieras las flores.
De tu caja de pinturas
¡usa todos los colores!
Para los demás
María Elena Walsh, Argentina 1930 – 2011
Cultivo una rosa blanca
y la buena voluntad,
para el que me da la mano
y el otro que no me la da.
A la lechuza enjaulada
déjala que piense mal,
y al pájaro de la benevolencia
échalo a volar.
Al loco le doy razón
al bárbaro le doy paz.
Mi canto y mi corazón
son para los demás.
Yo no soy mejor que Pedro,
yo no valgo más que Juan.
Si van a ponerme precio
que sea el de humanidad.
El que vive para nadie
sabe dónde va a parar.
A torres de arena y humo
y a su propio funeral.
Canción del viento
Juan Carlos Martín Ramos, España 1959…
Soy el viento,¡el vientooooo!
A todas partes voy,
de todas partes vengo.
Cabalgo por el mar,
por bosques y desiertos.
El brillo de la luna
se enreda en mis cabellos.
Soy el viento,¡el vientooooo!
Dibujo sobre el agua
la cara que no tengo,
susurro entre las hojas
lo que sólo yo entiendo.
Soy el viento,¡el vientooooo!
A todas partes voy,
de todas partes vengo.
La gota de agua
José Sebastián Tallón, Argentina 1904 – 1954
Salió del mar y se encontró en la nube.
Después, la nube, se alejó en el viento.
Y por fin, al llover, la gota de agua
se encontró en la raíz de un duraznero.
Otras gotas quedaron en las ramas,
y al verse tan brillantes y arriba, se rieron
de la pobre gotita que en la tierra,
tan abajo y oscura, se había muerto.
Pero cuando en el árbol no quedaba
de las gotas brillantes ni el recuerdo,
la gota muerta no era muerta. Era
jugo en el jugo de un durazno nuevo.
El niño y la mariposa
Rafael Pombo, Colombia 1833 -1912
Mariposa,
vagarosa
rica en tinte y en donaire
¿qué haces tú de rosa en rosa?
¿de qué vives en el aire?
Yo, de flores
y de olores,
y de espumas de la fuente,
y del sol resplandeciente
que me viste de colores
¿Me regalas
tus dos alas?
¡son tan lindas! ¡te las pido!
deja que orne mi vestido
con la pompa de tus galas
Tú, niñito
tan bonito,
tú que tienes tanto traje,
¿Por qué quieres un ropaje
que me ha dado Dios bendito?
¿De qué alitas
necesitas
si no vuelas cual yo vuelo?
¿qué me resta bajo el cielo
si mi todo me lo quitas?
Días sin cuento
de contento
el Señor a ti me envía;
mas mi vida es un solo día,
no me lo hagas de tormento
¿te divierte
dar la muerte
a una pobre mariposa?
¡ay¡ quizás sobre una rosa
me hallarás muy pronto inerte.
Oyó el niño
con cariño
esta queja de amargura,
y una gota de miel pura
le ofreció con dulce guiño
Ella, ansiosa,
vuela y posa
en su palma sonrosada,
y allí mismo, ya saciada,
y de gozo temblorosa,
expiró la mariposa.
La gaviota
Antonio Gómez Yebra, España 1950…
La gaviota pasa
sobre la bahía;
sus alas, tan blancas,
planean sin prisa:
volando descansa.
El mar es alfombra
de espléndida pana
y bajo las olas,
hay flores de nácar
y piedras preciosas.
Una caracola
oculta la cara
y esconde la cola
como si intentara
perderse en las sombras.
La gaviota pasa
sobre la bahía,
y es tal su elegancia
que incluso la imita
un barco de plata.
En medio del puerto
Antonio García Teijeiro, España 1952…
En medio del puerto,
con velas y flores,
navega un velero
de muchos colores.
Diviso a una niña
sentada en la popa:
su cara es de lino,
de fresa, su boca.
Por más que la miro,
y sigo mirando,
no sé si sus ojos
son verdes o pardos.
En medio del puerto,
con velas y flores,
se aleja un velero
de muchos colores.
Barcos de papel
Manuel Felipe Rugeles, Venezuela, 1903 – 1959
El niño de la montaña,
lejos, muy lejos del mar,
hizo barcos de papel
y el agua los puso a andar
Por los caminos del agua
los barcos de papel van.
Salieron de un mismo puerto.
¡Quién sabe hasta dónde irán!
Sopla los barcos el niño
y navegan al azar.
¡El niño de la montaña,
nacido lejos del mar!
Canción de la hormiga
Carlos Marianidis, Argentina 1972 –
Con lo frágil que soy,
tierna y pequeña,
de a poco llevaré
toda esta leña.
El invierno sera
ventoso y frío;
por eso vengo y voy
por piedra y río.
Cuando empiece a llover
tendré todo hecho
y cantaré feliz
bajo el helecho.