Pares
Alma Flor Ada, Cuba 1938 –

Un par de ojos,
un par de cejas,
un par de párpados,
y un par de orejas.

En nuestro cuerpo,
hay cosas particulares
que siempre vienen
formando pares.

Dos ojos,
dos cejas
y dos orejas.
Dos hombros,
dos brazos,
dos codos,
dos manos,
dos rodillas,
dos piernas
y dos pies.

¿Los contamos otra vez?
 

Se casa Benito

Mañana, domingo, se casa Benito
con un pajarito que canta bonito.

¿Quién es la madrina?
Doña Catalina.

¿Y quién es el padrino?
Don Juan Botijón

El que hable primero se queda bocón.
 

Abuelita
Tomás Allende, Argentina 1881 -1954

Quién subiera tan alto
como la luna
para ver las estrellas
una por una,
y elegir entre todas
la más bonita
para alumbrar el cuarto
de la abuelita

 
Los meses
 
Treinta días tiene noviembre
con abril, junio y septiembre;
y los demás treinta y uno,
excepto febrero mocho
que sólo tiene veintiocho.
 

A la boda… boda
María Hortensia Lacau, Argentina 1910 – 2006

Esta mañana el viento
le regaló a la luna
una corona de azahar.

Esta mañana el viento
está muy contento
pues con la blanca luna
se va a casar.
 

Así es
María Elena Walsh, Argentina 1930 – 2011

El cielo es de cielo,
la nube es de tiza.
La cara del sapo
me da mucha risa.
La luna es de queso
y el sol es de sol.
La cara del sapo
me da mucha tos.

 
Batería de cocina
Yolanda Reyes, Colombia, 1959 –

Un día en la cocina
un plato resbaló,
rodó sobre una olla
y el ruido comenzó.

La tapa de la olla
de un brinco se zafó,
cayó sobre los vasos
y a todos los rompió.

Y clink, que los cristales
volaron al mesón,
y clink, las cacerolas
siguieron la función.

Y zas, que se encontraron
cuchillo y tenedor,
y zas, que se enredaron
con un gran cucharón.

Y swing, la licuadora
de pronto se encendió,
lanzó un cortocircuito
con chispas de neón.

La salsa de tomate
del frasco se salió
y dio a los condimentos
su toque de sabor.

Y el horno microondas
también se conectó,
quemó mil calories
bailando rock and roll.

Silencio en la cocina
la fiesta se acabó,
la dueña entra en escena
por poco le da un shock.

Catástrofe en el piso
termina la función,
la escoba se desliza
con un suave rumor.

La esponja y el cepillo
susurran su canción,
no vuela ni una mosca
no se oye ni el jabón.

 
Canción del pescador
María Elena Walsh, Argentina 1930 – 2011

Pez de platino,
fino, fino,
ven a dormir en mi gorro marino.

Perla del día,
fría, fría,
ven a caer en mi bota vacía.

Feo cangrejo,
viejo, viejo,
ven a mirarte el perfil en mi espejo.

Flaca sirena,
buena, buena,
ven a encantar mi palacio de arena.

Señora foca
loca, loca,
venga a tocar el tambor en la roca.

Picara ola,
sola, sola,
ven a jugar con tu traje de cola.

Un delfín que toque el violin
voy a pescar con mi red marinera,
y me espera para bailar,
loca de risa la espuma del mar.
 
 
De animales
Alicia Borrás, España

Mejor nadador el pez,
quien más se ríe la hiena,
cuellilarga la jirafa,
gordísima la ballena.

Gigantesco el elefante
elegante la gacela,
el más malo el tiburón.
La más negra la pantera,
pequeñísima la pulga,
el más charlatán, el loro;
sucia y muy fea la rata,
el más divertido el mono.

La más rayada la cebra,
el que más pica, el mosquito;
el más dormilón, el oso…
El más suave el conejito.
El más sabihondo el búho.
La que más “curra” la hormiga,
el más silencioso el gato
y la eléctrica la anguila.

 
La gallinita
Gloria Fuertes – España 1917 – 1998

La gallinita,
en el gallinero,
dice a su amiga
– Cuánto te quiero.

Gallinita rubia
llorará luego,
ahora canta:
-Aquí te espero…

“Aquí te espero,
poniendo un huevo”,
me dio la tos
y puse dos.

Pensé en mi ama,
¡qué pobre es!
Me dio penita…
¡y puse tres!

Como tardaste,
esperé un rato
poniendo huevos,
¡y puse cuatro!

Mi ama me vende
a doña Luz.
¡Yo con arroz!
¡qué ingratitud!
 

El gato
Alma Velasco – México 1948…

El gato
cuando está ronco
imita al pato.

El gato se vuelve loco
cuando aparece un ratón
y lo invita poco a poco
para ver televisión.

Mi gato
es cojín esponjado
junto a mi lado.

 
Fiesta en el mar
Andrés Díaz Marrero – Puerto Rico, 1940…

Suenan caracolas,
flautas de coral,
tocan los tambores,
pulpo y calamar,

Baila que te baila
en suave compás,
hay una estrellita
que brilla en el mar.

Mueve su ancha enagua
de blanco cancán
y a todos convida
con ella a bailar.

Se fugó del cielo
en noche de San Juan
sin que se enterara
don Sol, su papá,
pues, cuando se entere,
¡ya ustedes verán!,
que en la madrugada
la vendrá a buscar.
 

Las cinco vocales
Carlos Reviejo – España, 1942…

Con saltos y brincos,
del brazo las cinco,
muy poco formales
vienen las vocales.
¿Las conoces tú? .
a, e, i, o ,u,

A, grita que grita,
se enfada y se irrita,
y se va al teatro.
Sólo quedan cuatro.

E, llama que llama,
se marcha a la cama
con dolor de pies.
Sólo quedan tres.

I, chilla que chilla,
se sube a una silla
porque ve un ratón.
Sólo quedan dos.

O, rueda que rueda,
¡sálvese quien pueda!,
rodando se esfuma.
Sólo queda una.

U, muy asustada,
se ve abandonada
y se va a la Luna.
No queda ninguna.

¿Las recuerdas tú?:
a, e, i, o, u.
 

Los maderos de San Juan
José Asunción Silva – Colombia, 1865 – 1896

¡Aserrín!
¡Aserrán
Los maderos de San Juan,
piden queso, piden pan.
Los de Roque
alfandoque.
Los de Rique
alfeñique.
¡Los de triqui, triqui, tran!
 

Mis deditos
Hilario Sanz, España

Son mis deditos,
mírelos,
cinco hermanitos,
mírelos
siempre juntitos
mírelos, mírelos.

De mi mano los deditos
los deditos cinco son
¡Mírelos, cuéntelos:
el índice, el anular,
el mayor o el corazón
el meñique o el pulgar,
mírelos, cuéntelos
cinco son, cinco son.

El mayor mandó a meñique
a que comprara un huevito,
y meñique lo compró,
mírelo,
éste le puso sal, éste lo cocinó,
mírelo;
el pícaro gordo se lo comió
y el pobrecito meñique,
ni siquiera lo probó.

¡Qué dolor, qué dolor!
 

La loba
Juana de Ibarbourou – Uruguay 1892 – 1979

La loba, la loba,
le compró al lobito,
un calzón de seda
y un gorro muy bonito.

La loba, la loba
se fue de paseo,
con su gorro lindo
y su hijito feo.
 

El caracol, la luciérnaga y el grillo
Fernando Luján, Costa Rica 1912 – 1967

Qué dichoso el caracol
que tiene un casco de vidrio
y duerme bajo la col.

Más dichosa la luciérnaga,
que por las noches alumbra
con una verde linterna.

¡Pero más dichoso el grillo,
porque sabe una canción
para dormir a mi niño.
 

La abeja, la araña y la mariposa
Fernando Luján, Costa Rica 1912 – 1967

Qué dichosa la abeja
que trabaja y trabaja
y de nada se queja.

Más dichosa la araña
que teje su tela
y a las moscas engaña.

¡Pero más dichosa la mariposa
que de todos los insectos
es la más hermosa!
 

El lagarto está llorando
Federico García Lorca, España 1898 – 1936

El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer
su anillo de desposados.
¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.
El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
¡Ay cómo lloran y lloran,
¡ay!, ¡ ay!, cómo están llorando!
 

La caracola
Carmen Gil Martínez, España 1962…

La caracola,
de carambola,
caracolea
con la marea.

De una cabriola
sube a una ola.
Baja deprisa,
le da la risa.
 
La caracola,
de carambola,
llega a la arena
para la cena.
 

La luna
Liliana Cristina Cinetto, Argentina

Si la luna se va a la madrugada
a su casa con cara de enojada
y al sol no lo saluda,
no hay ninguna duda:
seguro que la luna está alunada.
 

Helado de chocolate
Gladys Dávalos Arce, Bolivia 1950 – 2012

Nos alistamos con gran gritería,
para ir todos a la heladería,
nos lavamos las manitos,
nos cambiamos calzoncitos,
nos peinan rulitos,
a mí y a mis hermanitos.

No me gusta el helado de limón,
pero el corazón fuerte me late,
cuando me ofrecen uno de chocolate,
en un enorme cucuruchón.
 

Pequeña pequeñita
Francisco Delgado, Ecuador 1950…

Soy todavía pequeña,
pequeña, pequeñita,
pero ya puedo andar
como una señorita
y aunque, de vez en cuando,
se enreda mi escarpín,
corro por la cocina,
la sala y el jardín.

Cuando siento que llega
mi papi del trabajo,
no corro sino vuelo
escaleras abajo;
pero como es tan alto,
sólo abrazo sus piernas
y escondo mi carita
entre sus manos tiernas.

Ya pinto en las paredes
casi como una artista
y me muero de miedo
cuando hablan del dentista,
porque, a pesar de todo,
como mi muñequita,
soy todavía pequeña,
pequeña, pequeñita…

 
Pato y oca
Miquel Desclot, España 1952 –

El pato y la oca,
de pie en una roca,
se dan en la boca
y toca o no toca. 
 
Si el pato convoca
de noche a la foca,
la oca desboca
su furia de loca.

 
El hechizo de los colores
Rosa Díaz, España 1946 –

Sábana de avena
con canto de grillo,
todo lo que miro
se vuelve amarillo.
 
Hojas del otoño,
lluvia en el balcón,
todo lo que miro
se vuelve marrón.
 
Mirada de niño,
nieve en el barranco,
todo lo que miro
se me vuelve blanco.
 
Autopista, humo,
invierno, adoquín,
todo lo que miro
se me vuelve gris.
 
Grajo, golondrina,
nubarrón y cuervo,
todo lo que miro
se me vuelve negro.
 
Monte con llovizna,
ternero que muerde,
todo lo que miro
se me vuelve verde
 
Colibrí del día,
palacio del alba,
todo lo que miro
se me vuelve malva.
 
Navaja de monte,
tiro de escopeta,
todo lo que miro
se vuelve violeta.
 
Cárabo volando,
viento del oeste,
todo lo que miro
se vuelve celeste.
 
Botón de cereza,
pelo de raposa,
todo lo que miro
se me vuelve rosa.
 
El sol del ocaso
sobre la ventana,
todo lo que miro
se me vuelve grana.
 
Y cierro los ojos
con tantos colores,
que veo la vida
llenita de flores.

Secretitos
Rosalba Guzmán Soriano, Bolivia, 1957…

¿Tú sabías que la aurora, desde ahora,
es la dueña de una estrella grande y bella?        

Me contaron que la luna, a la una
baila un tango con el mar, sin parar.

He oído que la brisa anda con prisa
para contarles sus cosas a las rosas,
y hasta sé que el duende gris, está feliz.

Un astronauta en pañales
Zandra Montañez Carreño, Colombia 1957 –
 
Cuando sea un astronauta
me iré a vivir a Marte
en una estación marciana
donde yo pueda llamarte.

También iré a la luna
para darme un paseito
por ese queso de plata,
y que me veas un poquito.

Desde tu ventana, mami,
tú me podrás observar,
cuando pase por la estrella
que todos llaman polar.
-¿por qué no te vas conmigo
en mi rápido cohete?

Con un buen kilo de papas,
una olla y espaguetis.
Si te vas conmigo, mami,
¡qué bien vamos a pasar!
tu me haces la comida,
y yo salgo a navegar.

 
Mi maestra
Carmen Gil Martínez, España 1962…

Mi maestra
-es mía y es nuestra-
nos pone una muestra
con cinco vocales
que no son iguales

La a
Es gordita y tiene cola.
Le trae a rastras la ola
y a veces camina sola.

La e
Con su frente inteligente;
es elegante y sonriente
y está siempre con la gente.

La i
Su puntito te hace un guiño.
Es la vocal de los niños,
la ternura y el cariño.

La o
Redonda, monda y lironda.
Duerme en camisón de blonda
en medio del microondas.

La u
Es la última del menú.
Tu tururú tururú.
Entera la tienes tú.

 
Día lunes
Antonio Granados, México 1958…

De aquí al domingo seis pasos,
seis cielos que veo pasar,
seis mañanas, seis ocasos
¿Cómo me debo llamar?

 
El lobo Raimundo
Lina Leiva, Cuba 1964…

De azul el lobo Raimundo
ha coloreado su pelo,
las pezuñas de amarillo
y de gris los espejuelos.

Lleva bigotes muy verdes,
sus dientes rojos intensos,
el rabo es una senefa,
tiene esmeraldas y vuelos.

¡Y quiere teñir al sol,
quiere pintarlo de negro!

 
El salmón
Elva Macías, Mexico 1944…

Soy del río y de la mar
un nadador persistente:
A veces rumbo a las olas
a veces contracorriente.

En verano me enamoro
de un pez que me sepa dar
con sus escamas de oro
un arco iris  bajo el mar.

No descanso hasta llegar
de la sal de los olvidos
al otoño de agua dulce
donde nacerán mis críos.

 
En una granja
Mar Pavón, España 1968 –

Había en una granja
muchas ovejas
mas sólo una
requetevieja,
y muchas vacas
mas sólo una
requeteflaca,
¡y de borricos…!
mas sólo uno
requetechico.

Vino un día a la granja
un lobo hambriento
que se comió a la oveja
requetevieja
y a la vaca
requeteflaca
y al borrico
requetechico,
y es que este era un lobo
¡Requetebobo!
 

El correo
Ayes Tortosa, España 1956…

Quiero escribirte una carta.
 
Una palomita blanca,
un suspiro de algodón,
una risa con destino,
un dardo en el corazón.
 
La mandaré por el río,
que sí, que no,
la mandaré por avión.
 
Una rosa de papel,
un barquito aventurero,
unas palabras de miel.
No se la daré al cartero.
 
Con el soplo del vilano,
que sí, que no,
te la llevaré a la mano.

 
Cinco sapos
Javier Villegas, Perú 1955…

Un sapo, un sapo,
de verde overol,
sombrero de pana,
zapatos de charol.
 
Un sapo, otro sapo,
ahora son dos,
no pueden cantar,
están con la tos.
 
Un sapo, dos sapos,
ahora son tres,
llevan la chaqueta,
puesta al revés.
 
Un sapo, tres sapos,
ahora son cuatro,
con sus trajes verdes
vuelven del teatro.
 
Un sapo, más cuatro,
ahora son cinco,
saltan en la hierba,
saltan con ahínco.
 
A la montaña (fragmento)
Alfonsina Storni, Argentina 1982 – 1938

A la montaña
nos vamos ya.
A la montaña
para jugar.
En sus praderas
el árbol crece
brilla el arroyo
la flor se mece.
Qué lindo el aire,
qué lindo el sol,
azul el cielo,
se siente a Dios.

 
Zapatitos de lluvia
Jacinto Fombona Pachano, Venezuela 1901 – 1951

Zapatitos de lluvia
calza la pordiosera.
Se los dio su madrina
que es hilandera.

Zapatitos de lluvia
calza resplandeciente,
con lazos de arcoiris
y de ponientes.

Zapatitos de lluvia
calza, por los senderos.
Cuando la niña pisa,
saltan luceros.

 
Los peces van a la escuela
Gloria Fuertes – España 1917 – 1998

Hay un colegio
en el fondo del mar,
y allí los “bonitos” 
bajan a estudiar.
 
Y el que más escribe
es el calamar,    
y el que menos sabe
no sabe la “a”.
 
A dar la lección 
“Pez Espada” va,
lleva su puntero
para señalar: 
 
“Con olas y barcas, 
el Norte del mar,   
y limita al Este  
con playas sin par…”
 
Y después, muy serios,  
todos a rezar: 
Pupitre de perlas,
bancos de coral,
encerado verde  
y tiza de sal.
 
Muchos pececitos 
ríen al sumar.    
Y el buzo a los peces  
bajaba a asustar,  
con su cara blanca
dentro de un cristal.

 
Fauna
Yolanda Lleonart, Uruguay 1926…

Que salte el conejo,
que baile el ratón,
en la rueda, rueda
de San Borombón.

Que el cordero baile,
que ruja el león,
y gire la rueda
de San Borombón.

La rana de lata
y el pez de latón,
ruedan en la rueda
de San Borombón.

El tigre de goma,
la osa de algodón,
salten en la rueda
de San Borombón.

Y toda la fauna
de goma y latón,
del lobo al cordero,
del gato al ratón,
del pez a la rana,
del tigre al león,
rueden en la rueda
de San Borombón.

 
El sapito glo, glo, glo
José Sebastián Tallón, Argentina 1904 – 1954

Nadie sabe dónde vive,
nadie en la casa lo vio,
pero todos escuchamos
al sapito glo, glo, glo.

¿Dónde canta cuando llueve,
el sapito glo, glo, glo?
¿Vive acaso en la azotea?
¿Se ha metido en un rincón?
¿Está debajo de la cama?
¿Vive oculto en una flor?

Nadie sabe dónde vive.
Nadie, en la casa lo vio.
Pero todos escuchamos.
Cuando llueve: glo, glo, glo.
 

Así, así, así
Juan Cervera Borrás, España 1928 – 1996

Así, así, así
nadamos sin parar;
así, así, así,
los peces en el mar.

Así, así, así,
volamos sin temer;
así, así, así,
las aves sin caer.

Así, así, así
corremos al cazar;
así, así, así,
los perros sin cesar.

Así, así, así
saltamos sin pensar;
así, así, así,
las ranas al andar.

 
Mi manecita

Manecita rosadita
muy experta yo te haré
para que hagas buena letra
y no manches el papel.

Cariñosa quiero verte,
como el beso del amor,
sin torcerte sin envidia,
comedida en la ambición.

Siempre dulce y compasiva,
con quien sufra cualquier mal,
siempre ayuda del caído,
siempre fuerte en el amor

 
Las mariposas (fragmento)
Salvador Rueda, Cuba 1857 -1933

Vuela, vuela, vuela,
Mariposa loca,
párate en las flores,
párate en las hojas.

Vuela a los jazmines
que en la reja asoman,
y sobre ellos tiende
tus alas sedosas.

Tiembla en los claveles,
titila en las rosas,
palpita en las juncias
y en los lirios flota.

Gira, corre, pasa
por las flores todas
anda, vuela, vuela,
Mariposa loca.

 
El arco iris
Antonio Bórquez Solar, Chile 1872 – 1938

Los colores del arco iris
de los cielos siete son
como siete en la semana
son los días que hizo Dios,
como siete son las notas
de la pauta del cantor…

Los colores del arco iris
de los cielos siete son.
De un topacio es su amarillo
y su rojo es de rubí,
su violeta es de amatista
y su azul es de zafir
y su verde es la esperanza
de un alado querubín…
Los colores del arco iris
el buen Dios los hizo así.

Cuando pase la tormenta
y brillante sale el sol,
en los cielos el arco iris
da su risa y su fulgor;
y en los campos se sonríe
el cuitado labrador,
cuando pase la tormenta
y brillante sale el sol.
 

El año
Marta Náñez, Estados Unidos 1938 -2009

En el verano hace calor
crecen las flores, brilla el sol.
En otoño viene san Miguel
el angel más alto y fiel.

En invierno viene navidad
qué gozo y qué felicidad.
Ahora viene la primavera
sale el sol – Ay, ¡qué flojera!

Otoño, invierno, primavera, verano,
estas son las estaciones del año.

%d bloggers like this: